Todo en ella es magia. Todo en ella es esencia, historia y perfume. Fes, ciudad imperial de Marruecos, es capital de la artesanía y centro de cultura y tradición. Su medina, la zona peatonal más grande del mundo y uno de los destinos más atractivos del país, nos ofrece miles de callejuelas sin coches donde perdernos, repletas de colores, vida e innumerables maravillas arquitectónicas escondidas tras los bulliciosos zocos. Principio o fin de la mayoría de viajes por Marruecos, Fez abre sus puertas al visitante sin fijarse demasiado en él, dejando que deambule sin rumbo en su laberinto de calles, apreciando la artesanía de la ciudad, descubriendo a cada esquina edificios revestidos de azulejos, majestuosas puertas, muros de adobe, madrazas y alfarería azul cobalto, entre burros, carruajes y pequeñas motocicletas que transportan mercancías.
En el barrio de los curtidores, acompañados de guías autóctonos, alguna angosta escalera nos llevará a las terrazas de los edificios, una talaya privilegiada para admirar el duro trabajo de estos artesanos que producen cuero y pieles en un escenario lleno de color. En cualquier ruta por las callejuelas de la medina, descubriremos preciosos palacetes donde podremos degustar la rica gastronomía de la ciudad, disfrutando de la hospitalidad de los marroquíes.