Chefchaouen es hipnótico, mágico y azul. La montañosa ciudad del Rif marroquí presume de ser una de las ciudades más bonitas e impactantes de todo Marruecos, cosa que pueden atestiguar los miles de visitantes que recorren sus impolutas calles cada año. Callejuelas limpias, fachadas de tonos azules y un aire mágico que es difícil de olvidar. El paraíso azul al que todos queremos regresar.
Pero, ¿qué te vas a encontrar cuando llegues a Chefchaouen?
Con la experiencia de varias visitas que hemos realizado, os recomendamos qué ver y hacer en Chefchaouen.
Arco entrada a la medina
Tu visita de Chefchaouen se debe centrar en pasear y disfrutar del encanto de su medina, para lo que te aconsejo que entres por su puerta principal, con un arco de entrada situado al sur de la misma, en la calle principal que cruza esta pequeña ciudad de oeste a este.
Pues, efectivamente, cuando llegues a Chefchaouen no esperes encontrarte con un pequeño pueblo, sino que se trata de una pequeña ciudad de unos 40.000 habitantes, capital de la provincia del mismo nombre, en la región de Tánger-Tetuán.
Zoco de la medina
Desde el arco de entrada de la medina de Chefchaouen debes subir por el estrecho callejón que al final te conducirá al centro neurálgico de la misma, la plaza Uta el-Hamman.
Dicho callejón es un verdadero zoco con una sucesión de tiendas de souvenirs, ropa y artesanía, el cual si visitas Chefchaouen en un puente o en época vacacional, lo vas a encontrar a rebosar de gente, hasta el punto de que puedes sentir algo de atosigamiento.
De este callejón parte hacia la derecha otra callejuela tipo zoco, que de hecho se anuncia como calle comercial, la cual te llevará a la parte posterior de la alcazaba situada en la plaza, desde donde también llegarás a esta.
Kasba en plaza Uta el-Hamman
Como he dicho, esta plaza es el corazón de la medina, y te adelanto que tiene un gran encanto.
Siempre muy concurrida, en Uta el-Hamman destaca la alcazaba o kasba, una fortaleza que ha sido restaurada y en su interior alberga un pequeño museo etnográfico, aunque te diré que aún no he tenido ocasión de visitarlo.
También te llamará la atención la Gran Mezquita del siglo XV, que muestra una torre octogonal, lo cual no es nada habitual en las mezquitas de Marruecos.
La plaza está llena de terrazas de cafés y restaurantes, siempre con una gran animación.
Rincones en la medina
Desde la plaza debes seguir subiendo por las distintas callejuelas de la medina.
Debes saber que Chefchaouen está situado en las estribaciones de la cordillera del Rif, una zona montañosa de paisajes siempre sorprendentemente verdes, de forma que la pequeña ciudad y su medina se extiende sobre una ladera de una montaña.
En este paseo por las callejuelas de la parte alta de la medina es donde descubrirás el verdadero encanto de Chefchaouen.
Si bien sigue habiendo tiendas, la mayoría de artesanos locales, sobre todo es una zona residencial que encierra rincones con el gran encanto del color azul de las fachadas de las casas.
Escalinatas, pasajes con arcos, patios interiores...ahí está dicho encanto de Chefchaouen. Y si eres un aficionado a la fotografía, no te vas a cansar de ir descubriendo esos rincones.
Tiendas de artesanos en Chefchaouen
Los artesanos y artistas locales te mostrarán sus obras artísticas en las tiendas que se salpican por esta parte alta de la medina.
Pintores, ceramistas, artesanos del hierro, escultores...; en suma, te va a ser difícil no llevarte un recuerdo artístico de Chefchaouen, eso sí, tras el habitual e imprescindible regateo.
En este paseo te podrás refrescar con un zumo de naranja (0,50 euros) recién exprimido delante de ti. O comprar tintes, o las típicas chilabas.
Chilabas en Chefchaouen
Precisamente una de las imágenes más características de Chefchaouen, y que desde mi punto de vista le confieren mayor encanto, son las chilabas de lana con capucha que en la época invernal llevan prácticamente toda la población local.
Es en esta época, en la que apenas coincidirás con turistas, cuando mejor constatarás el exotismo de Chefchaouen.
Luego, ya en primavera y en verano, la mayor presencia de turistas y la desaparición de esas chilabas invernales restan ambiente rural a esta preciosa medina.
Cascada y lavaderos
En tu paseo por la medina debes seguir subiendo en dirección noreste hasta llegar al arco de salida que se abre en la muralla en esa zona, para luego bajar a la cascada y los lavaderos.
Es una zona que en días festivos se llena de visitantes, sobre todo marroquíes, los cuales se refrescan en las pozas que se forman en esta garganta por donde baja el agua, y donde se encuentran los lavaderos.
Ahi podrás ver a las campesinas que se concentran con sus típicos y coloridos gorros de paja, los cuales venden a los turista o, en su defecto, te piden una propina por hacerlas una foto.
Dónde comer en Chefchaouen
La gran mayoría de los restaurantes de Chefchaouen se concentran alrededor de la plaza Uta el-Hamman o en sus cercanías.
Quienes conocen bien este bello pueblo desaconsejan que te sientes a comer en algunas de las terrazas de la plaza. En cambio, el restaurante que te aconseja la gente local es Hassan, en la parte alta de la plaza.
Bastante grande y muy turístico, ahí encuentras un menú a elegir con platos de gastronomía marroquí y buen precio.
Otro restaurante recomendable es Casa Aladín, fácilmente reconocible por su mirador cubierto y su terraza que se levanta sobre la plaza. También tienes especialidades marroquíes, y puedes comer bien con un menú que con bebidas te costará menos de 10 euros.
Un té en la plaza de medina
Y, sin duda, la mejor forma de terminar tu jornada en Chefchaouen es sentarte, ahora sí, en la terraza de algún café de la plaza para tomarte un típico té verde con azúcar y hojas frescas de menta.
Te adelanto que te puedes pasar horas viendo deambular a la gente, en una mezcla de culturas, desde los más exóticos personajes locales, hasta los numerosos turistas, tanto occidentales como japoneses e incluso chinos.